martes, 7 de mayo de 2013

Mil budas y un palacio


Hoy teníamos varios planes que se fueron cancelando de manera imprevista.

Primero queríamos ir a Kibune y Kurama, la idea es un paseo por el campo que termina en un onsen, pero amaneció con frío y amenza de lluvia.

El segundo plan era visitar el castillode Himeji y, al comprobar el horario de trenes, nos enteramos de que lo están reconstruyendo.


(la foto es del día siguiente desde el tren bala, que pasamos cerca)

Así que volvimos a la oficina de turismo a ver qué más podíamos hacer. ¡Otra vez habíamos visto lo más importante! 

Aunque estábamos algo cansados de templos, fuimos a visitar uno que tiene mil budas. No tenemos fotos ni de los budas ni de los dioses portectores porque estaba prohibido... Afortunadamente, al día siguiente pudimos ver a esos mismos dioses en un jardín:


¡Y las fotos de este día! Bueno, estamos de luna de miel y hemos visto muchísimas cosas, nos merecemos también un día un poquito más relajado, ¿verdad?

Pues nada de eso. Después del templo fuimos a visitar una calle muy famosa en Kyoto, Nishiki dori, que es un pasaje comercial con bastantes puestos de comida y alguna que otra tienda curiosa.

Para empezar un montón de bolsitas de comida, mayormente del mar


Aunque muchas de ellas no sabemos lo que son


Un puesto de las famosas piruletas de pulpo de Kyoto, que no nos atrevimos a probar


Luego una tienda de cuchillos


¡Y las baritas mágicas de Harry Potter! A no, que son palillos para comer


Después fuimos a los jardines del palacio imperial y nos dieron una sorpresa, a las dos de la tarde podríamos hacer la visita guiada en inglés. ¡Corre, vamos a buscar un sitio para comer!

Bueno, como íbamos con los deberes hechos, nos pusimos a buscar un sitio muy famoso de "udon", unos espaguetis gordos típicos de Japón, que dicen que lleva abierto más de 300 años


Dentro encontramos un lugar en el que no ha pasado el tiempo. Tranquilo, amable ¡y para nosotros solos!



Por cierto, comer espaguetis con palillos sigue siendo difícil incluso después de 12 días en Japón.

Camino del palacio imperial, y como nos había sabido a poco, hicimos dos experimentos con comida. Primero una barrita de bizcocho que estaba rellena de mermelada de melocotón ¡Qué rica!



Después probamos este super-apetitoso bizcocho sentados en uno de los bancos del jardín


Dios ¿por qué le ponen soja a todo?


Bueno, recuperados del susto del bizcocho, por fin entramos al palacio. Como os podéis imaginar es todo impresionante. Por ejemplo, pudimos hacer foto de una de las puertas que solo puede usar el emperador:


Y también de la puerta que usan las princesas para entrar al palacio


Y por supuesto, de alguno de los jardines. En el agua que veis detrás de ese señor, jugaban los nobles amigos del emperador a soltar flores o barquitos en lo alto de la corriente, bajar corriendo a recogerlos, y volver al principio a tomarse un vasito de sake y ¡repetir todo el proceso otra vez!


Para terminar el día, nos dimos un paseo por la noche y subimos a lo alto de la estación de trenes. ¡Nuestro hotel es el pirulí blanco y rojo!


Hoy nos vamos prontito a la cama que mañana viajaremos a Miyajima ¡en otro tren bala!

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