sábado, 11 de mayo de 2013

Osaka bajo la lluvia


¡Último día en Japón! Nuestro vuelo sale a las 23.40 del aeropuerto de Kansai, así que todavía podemos disfrutar de un día enterito en Osaka.

Lo primero, desayunar y hacer la maleta. No teníamos mucha prisa porque estaba lloviendo, pero nos armamos con todo lo necesario para hacer turismo y ¡a la calle!

Yo descubrí que podía llevar la cámara en el cinturón y aliviar un poco mi cuello.


Arriba estoy posando al estilo John Wayne con cámara y plano de Osaka. Como podéis ver, ni el cansancio ni la lluvia pueden con las ganas de pasarlo bien :)

Este será nuestro último templo y la verdad es que es muy bonito.


Detrás de esa puerta había un pequeño techado y aprovechamos para hacer alguna que otra foto


¡Qué pagoda más bonita y cómo llovía!


¡Y por fin un templo con láparas que no son de piedra!


Bueno, más que llover, parece que una nube se está tragando la ciudad


Pero agua sí que caía, como pueden atestiguar estas tortugas


Después de ver el tiempo, y con gran habilidad con el paraguas, nos fuimos a visitar un jardín al aire libre.


En ese estanque había un montón de carpas que se acercaban en cuando sentían la presencia de una persona


Aunque no lo entendemos, teníamos el jardín para nosotros solos, así que aprovechamos para hcar más fotos creativas


Luego a Irene le dio por ponerse a consultar los mapas


Y alguna que otra foto más, esta con casit azul incluída


Al salir del jardín, saludamos a una estatua de un monje. La verdad es que con ese sombrero casi no necesitaba paraguas

Y luego fuimos a visitar una de las torres de Osaka y la calle comercial que tiene delante. En el camino vimos una cosa que nos dejó patidifusos


¿Por qué hay un policía regando esa columna con la que está cayendo?


Bueno, vamos a la Torre, que nos despistamos


Definitivamente, Osaka es una ciudad que mejora con la oscuridad y los neones encendidos. Aún así fue un paseo muy agradable y llegó la hora de comer


¿Sabéis cuál fue nuestra última comida en Japón?

Vale, el día no mejora y nos queda por visitar un rascacielos ¿qué hacemos? Es posible que desde arriba se vea todo nublado, pero decidimos subir los 173 metros de altura.


Desde arriba, las vistas hubiesen sido increíbles... pero seguía todo envuelto en una nube


Estábamos encima del jardín flotante de Umeda (vaya con el nombre del barrio), que parece ser el rascacielos de los enamorados


Se está haciendo tarde y tendríamos que ir camino del aeropuerto, así que tranquilamente nos fuimos al hotel y aprovechamos para sacar las últimas fotos


¡Cómo molan las farolas de nuestro barrio!


¡Sayonara!


viernes, 10 de mayo de 2013

Un tiburón ballena en Osaka


Hoy se ha levantado el día un poco gris, con amenaza de lluvia por la tarde, así que vamos a visitar el palacio de Osaka, que es un paseo al aire libre muy bonito. Al llegar nos encontramos unos pájaros posando para la foto


Y luego unos árboles podados de manera muy curiosa ¡Qué guapa está Irene!

Delante del castillo le pedimos a un desconocido que nos hiciera una foto


En cuanto llegue a Madrid tengo que buscar un curso de fotografía para aprovechar bien la cámara de Luis. Bueno, ahora es mía porque hicimos un trueque: el iPod que Irene me compró en New York a cambio de esta cámara ¡Qué bien me lo estoy pasando!


Dentro del castillo había una exposición interesante con grabados y armaduras de samurai. “No photos” en todas las vitrinas. Afortundamante también había una torre a la que subir para disfrutar de las vistas


¡Esta ciudad tiene edificios muy bonitos!


Aunque lo que más nos sorprendió fue la actividad organizada por el ayuntamiento de Osaka: querían comprobar cuántos colegios caben en el castillo:


Todos iban con uniforme y los gorritos sirven para distinguir las edades. Muchos nos miraban y señalaban, ya que éramos los únicos occidentales, y los más atrevidos nos decían “Hello!”. Yo volvía a llevar mi camiseta zen, que tuvo éxito incluso con algunos profesores.

Antes de que el tiempo empeorara, decidimos subir a una torre situada en el puerto. El edificio parece del futuro, tanto por fuera como por dentro ¡impresionante!


En días despejados se puede ver el aeropuerto de Kansai (que usaremos al día siguiente) Nosotros nos conformamos con mirar hacia la ciudad


Ese barquito que se ve es una réplica de la Santa María y da paseos para turistas ¿Lo probamos?

Bueno, al salir del rascacielos empezó a llover


Así que en lugar de más actividades al aire libre, decidimos entrarnos al acuario de Osaka, que es famoso por tener ¡un tiburón ballena!


Es pececito en concreto mide doce metros de largo. Si sumamos la altura de mis padres, hermanos, cuñada, sobrinita y el reciente matrimonio ¡todavía no llegamos!

Aún así, en esa piscina lo que daba miedo de verdad era el otro tiburón:


Para disfrute de los niños que llevamos dentro, también pudimos ver cómo daban de comer a los delfines ¡Qué juguetones!



Y también disfrutamos con los pingüinos, focas, leones marinos, tortugas, pulpos, calamares, cangrejos gigantes


¡Mira cómo poso!


Aquí estuvimos un buen rato, o más bien toda la tarde. Así que al salir nos fuimos al hotel y luego salimos a cenar sushi. Estábamos tan cansados que se nos olvidaron las cámaras.

Se nota que llegamos al final de viaje, y el clima tampoco está ayudando. Volvimos pronto al hotel y caímos rendidos después de un día a remojo (y las dos semanas que llevamos en Japón)

Mañana sale nuestro vuelo hacia casa, pero nos queda un día entero para seguir descubirnedo Osaka.

jueves, 9 de mayo de 2013

Colándonos en un tren

Anoche no pudimos cenar por un problema de comunicación con la recepcionista del hotel. Básicamente los restaurantes de la isla cierran a las 18.00, puntuales. Solo hay un pequeño supermercado y no tiene productos para guiris extraviados. Y para cenar en el hotel había que avisar por la mañana, así que por la mañana nos despertamos con cierto apetito

Afortunadamente, tenían listo nuestro desayuno bien temprano: un par de bandejas espectaculares con pan, croisants, zumo, yogurt, frutas...


Un pequeño plato de sopa, muy típica de Japón, muy rica y, aunque parezca increíble para el desayuno, nosotros nos la tomamos encantadísimos.


Y una cazuela con huevos y bacon que se cocinaron en la mesa


¡Qué rico todo!

Con el hambre calmada y el espíritu listo, volvimos a visitar la torii. Tocaba marea alta y estaba así de bonita


No nos cansamos de hacernos fotos con ella


O de pedirle a algún desconocido fotógrafo que nos haga una


O incluso de sacarla sola, desde lejos


Después de visitar la torii y el templo de la foto anterior, subimos otra vez a la montaña a ver el último templo de la isla. Este estaba lleno de sorpresas divertidas, como estas estatuas simpáticas de buda


 O estos monitos tan graciosos


Aquí pudimos fotografiar a los dioses protectores de Buda


Y vimos personajes dignos de la fábula más divertida


Los budas que más nos gustaron fueron uno con la bolsa de dinero que estaba escuchando el tintineo de las monedas

¡Y el buda del futuro!


¡Qué isla más bonita! Si alguien necesita un descanso espiritual o simplemente quiere regalarse la vista, que anote Miyajima como destino preferente.

Para comer nos fuimos a Hiroshima, ciudad que entre otras cosas es famosa por sus okonomiyakis. Estos los tomamos en la estación y disfrutamos muchísimo viendo cómo los preparaban detrás nuestra. 



 ¡Y qué ricos están!


Estando en Hiroshima teníamos que visitar el Memorial por la Paz. Está ubicado en uno de los pocos edificios que quedaron en pie después de la bomba atómica


Vimos también el monumento de las 1.000 gruyas de papel que hizo Sadako Sasaki, una niña de dos años que sobrevivió un tiempo después de la explosión.


Después de recorrer el museo, ver las fotografías y leer las historias, Irene y yo estuvimos un buen rato sobrecogidos, sin hablar siquiera.

Para aliviarnos un poco, y viendo que teníamos un rato antes de coger el tren, fuimos a la caza del castillo de Hiroshima.


Y lo encontramos, por supuesto, aunque íbamos muy justos para el tren que nos debería traer a Osaka.


¡Foto y a correr! Ahora tenéis que imaginarnos corriendo entre japoneses, montándonos en el tranvía, yendo a por las maletas y corriendo, ahora cargados, al anden.

Necesito hacer un pequeño inciso: estamos viajando por Japón con un Japan Rail Pass, una especie de inter rail de la compañía JR. Podemos usar cualquier tipo de transporte de JR: ferri, autobús, tren, tren bala... excepto un tren super-rápido que se llama Nozomi.

Otro inciso, en Japón los trenes son muy puntuales y precisos. Nosotros llegamos al andén a las 16.12, nuestro tren estaba programado a las 16.18 y había un tren esperando en la vía. Íbamos tan corriendo que nos montamos alegremente. ¿Sabéis que tren era? (el de la foto es un Nozomi 700)


Afortunadamente el revisor entendió que fue un malentendido y nos permitió bajarnos en la siguiente estación sin cobrarnos nada

Este es otro tren más moderno y más rápido que tampoco podemos usar. Estuvimos tentados, una vez es suficiente


Llegar a Osaka ha sido un viaje al futuro. Para muestra un botón: una noria incrustada en un edificio


Y la plaza publicitaria más famosa de Osaka


Nosotros a lo nuestro, que es cenar, así que empezamos con una especialidad de la ciudad: takoyakis, buñuelos de pulpo



Continuamos con algo que parece occidental, pero que aquí han modificado sutilmente: hambagu o hamburguesa japonesa


Y para terminar: ¡pasteles de Belém!


Por cierto, mi camiseta de esta noche ha triunfado. Me la compré en Kamakura y lleva escrita la palabra "zen". Con todo el mundo que hablamos nos la señala y dice "zen!"