sábado, 27 de abril de 2013

Persiguiendo al monte Fuji

Empieza el día disfrutando del tren a tres niveles distintos:

1. Señales curiosas sobre como recoger los juguetes si se te caen a las vías


2. Un letrero que dice "para abrir pulse el botón" al lado de estos dos botones ¿Cuál pulsaríais vosotros? (nosotros esperamos a que algún japonesito le diera :)


3. Y por último, los atuendos de la gente. Entre muchos hombres trajeados en el centro de Tokyo, nos encontramos con este señor que lleva gorro, pendientes, bolso, unos pantalones indescriptibles y babuchas


Bueno, aparte de bromas, nosotros íbamos camino de Kamakura, un pueblecito con playa lleno de templos y, sobretodo, el origen de los samurais.





El entorno era incrible y pudimos disfrutar de un paseo fantástico entre templo y templo. Por cierto, en Japón hay dos tipos de templos principales: budistas y sintoistas. En los primeros cobran por entrar y puedes descubrir cosas como esta:


¡Un buda gigante!


Después fuimos a comer, paseando por la "ciudad de las compras" de Kamakura. Íbamos buscando un restaurante de udon, un tipo de espaguetis, y entramos en uno de soba, otro tipo de espaguetis:



Tuvimos que señalarle la comida a la camarera en las réplicas del escaparate y aún así nos llevamos una sorpresa: ¡Este plato está frío!

Con el estómago lleno y el nuevo aprendizaje, nos tocaba seguir visitando templos.


Para empezar la tarde: unas escaleritas con premio:


¡Estaban celebrando una boda en uno de los templos!


En los templos que visitamos encontramos cosas muy curiosas: unos gatos de piedra con bufanda, un demonio protector y techos pintados con dragones:




 Para acabar el día nos fuimos a Yokohama, donde se encuentra el edificio más alto de Japón


¿Se verá el monte Fuji desde el mirador? La azafata no supo contestarnos así que decidimos bajarnos, pero... Había muchos más edificios altos por la zona. Con esta cara de inocentes turistas de luna de miel empezamos a entrar en edificios.


Nos colamos en el ascensor de un hotel y subimos a la planta más alta (la 24)


El monte Fuji se nos escapaba por un pelo, esta es la mejor foto que pudimos hacer ¿será esa montaña del fondo?


Con la adrenalina en todo lo alto, otro experimento: ¡un barrio chino en una ciudad japonesa!


Además de la puerta, había dragones, leones y restaurantes chinos. No quiero engañaros, los chinos y los japoneses se parecen mucho, sus letras también, y cuando hablan no entendemos a ninguno


¡Vamos a cenar! ¿Os imagináis lo difícil que puede ser pedir comida a un chino ablando en japonés? Para evitar problemas, le hicimos una foto al escaparate y le señalamos lo que nos apetecía


Creo que elegimos bastante bien :)



El problema era con el ticket. ¡No sabíamos si nos estaban cobrando lo correcto! Es broma, pero siempre que nos dan el recibo pensamos lo mismo ¿Pa' qué me lo das si no entiendo na'?


De vuelta al hotel, última foto y buenas noches!

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